¿Tiene que elevar mucho en su profesión? ¿Y no siempre lo puede hacer de forma saludable para la espalda? En tal caso le recomendamos adaptar simplemente su entorno de trabajo y utilizar ayudas que le faciliten el trabajo de elevar. Por ejemplo, sofisticados sistemas de elevación de cargas con múltiples posibilidades de aplicación.
Desafortunadamente tenemos que constatar el siguiente hecho: En la mayoría de los casos nos duele la espalda por conductas equivocadas. Al elevar cargas es donde mejor se refleja, ya que al levantar con gran esfuerzo cajas de bebidas con las piernas estiradas y doblando la espalda no debe sorprenderse si se ve afectado de lumbago.
Quien levanta cargas de esa manera comprime los discos intervertebrales en forma de cuña. Si se hace con frecuencia, se corre el riesgo de que los discos intervertebrales se desgasten más rápido de lo normal. Como consecuencia de ello el núcleo de los discos intervertebrales va perdiendo paulatinamente su apoyo deslizándose hacia atrás y presionando las fibras nerviosas de la médula espinal, lo que provoca dolores. Pero también pueden verse afectadas las articulaciones de las vértebras ya que cuando el corsé muscular demasiado débil existe el riesgo de que se acuñen.
Si ha participado alguna vez en una escuela de espalda, sabrá lo que hay que hacer al elevar cargas: Acercarse a la carga, colocarse de frente a la misma, mantener derecha la espalda al agacharse y doblar las rodillas para luego elevar la carga cerca del cuerpo con un movimiento fluido.
Lo que en principio puede resultar muy fácil, no siempre es fácil de poner en práctica: Prisas, diseño del puesto de trabajo o incluso problemas de rodilla pueden dificultar el elevar cargas de forma correcta. Por eso es razonable dejar que este trabajo lo realicen máquinas. Sobre todo porque algunas cargas son tan pesadas que un trabajador normal es incapaz de levantarlas. Los polipastos de cable eléctricos y los elevadores de vacío son una valiosa ayuda en estos casos. Su aplicación debe ser individual y deben poder adaptarse al puesto de trabajo.
Con la técnica de vacío se pueden apilar cartones y sacos, desplazar barriles de lugar, colocar losas y mucho más. El principio técnico es sumamente sencillo: Entre la ventosa del elevador de ventosas y el objeto que se desea levantar se genera una presión negativa que hace que la manguera de elevación se comprima y se pueda mover la carga. El único requisito necesario: Debe tratarse de una superficie impermeable lo más lisa posible. En función de lo que se desee elevar se utiliza un tipo de ventosas u otro. Una empaquetadura de goma puede asegurar el perfecto funcionamiento de la técnica de vacío incluso con materiales porosos.
Los elevadores y las ventosas de vacío se ofrecen en diferentes acabados. Además, pueden colgarse de diferentes sistemas de suspensión. También aquí es decisivo el hecho de que el elevador de cargas no pese demasiado y disponga de un mango de operación ergonómico para zurdos y diestros. Las herramientas, tales como ganchos, mordazas pinza y útiles de vacío, deben ser fáciles de recambiar. También es importante que tanto el proceso de aspirar como el de soltar sean rápidos y que la carga pueda girar y balancearse con facilidad. El balancear puede, además, posibilitar el movimiento giratorio, una función que está integrada en la parte superior e inferior de la manguera de elevación.
Otra posibilidad para elevar cargas mecánicamente son los polipastos. Son ideales para desplazar cargas de un peso hasta 120 kilos, independientemente de si se trata de cartones, bolsas, cubos, losas, barriles o incluso paletas. Su aplicación es especialmente variable cuando se pueden fijar a grúas giratorias u otros sistemas de grúas. Para asegurar la fácil manejabilidad del polipasto, este no debe pesar más de 22 kilos, aproximadamente. Lo ideal es que además disponga de un mango de operación ergonómico. Puede tratarse de un mango tipo pistola para una sola mano o de un joystick, que debe ofrecerse para zurdos y diestros.
Para que el trabajo pueda realizarse con facilidad, rapidez y economía es una ventaja cuando las herramientas, como los ganchos y las mordazas pinza, pueden recambiarse rápidamente. Un acoplamiento rápido de cambio facilita enormemente el recambio ya que no se precisan muchas herramientas u otros trabajos adicionales. Además, el polipasto debe tener una estructura que facilite la elevación, la rotación y el balanceo lateral o desde arriba en diferentes ángulos y con regulación de velocidad graduable.
Tanto en el caso de los elevadores de vacío como en el de los polipastos es esencial el aspecto de la seguridad. Si, por ejemplo, se corta la electricidad, la carga no debe caerse inmediatamente. El sistema debe reconocer el error y estar diseñado de tal manera que el vacío se mantenga hasta conseguir colocar la carga de forma segura y sin riesgo para el operario y la máquina.