Los americanos son conocidos por lanzar tesis provocadoras. Perfectamente entrenados en el contacto con los medios, saben exactamente lo que atrae la atención. El médico jefe de una famosa clínica de Arizona suscitó interés a nivel mundial hace unos años con la afirmación que «estar sentado es el nuevo fumar». Es más peligroso que el falso amigo que es el cigarillo, más letal que el VIH y más peligroso que el paracaidismo. Y, en efecto, muchos estudios científicos le dan la razón. ¿Pero qué hacer cuando a causa de una movilidad reducida se permanece sentado mucho tiempo? ¿Hay que plegarse entonces al destino? Afortunadamente no. Los sillones con sistema de incorporación modernos, ajustados de forma individual a sus propietarios, no solo aportan comodidad, sino también motivan a moverse.
A diferencia de otros asientos, el sillón con sistema de incorporación suele ser utilizado por la misma persona. Esto permite ajustar el cuerpo de forma individual al respaldo, así como a la altura, la anchura y la profundidad del asiento. El sillón parece entonces que está realmente hecho a medida. Alternativamente, hay sillones en los que se puede ajustar gradualmente y con gran facilidad la altura y la profundidad de asiento. Ambas soluciones optimizan la distribución de la presión de asiento tan importante al estar sentado. La presión es perfecta cuando los pies tienen contancto con el suelo, el ángulo entre los muslos y la parte baja de las piernas es de aprox. 90° y los muslos reposan por completo sobre la superficie del asiento. Además, en el área de la rodilla debe de haber un espacio de unos dos a tres dedos de ancho.
El respaldo es de especial importancia. Debe poder colocarse con facilidad en las posiciones más diversas, desde la posición sentada hasta la tumbada. Un importante detalle es el ajuste sincrónico del respaldo y la inclinación de la superficie del asiento. Estos aspectos impiden que uno se deslice del sillón al cambiar la posición del respaldo.
En un sillón con sistema de incorporación no debe faltar un apoyo lumbar (aproximadamente a la altura de la cadera) ergonómico y saludable para la espalda. El apoyo lumbar ajustable de forma individual debe ser lo más ancho posible para asegurar la máxima comodidad. Este apoyo asegura una posición de la columna vertebral anatómicamente correcta, en la que no se comprimen los discos intervertebrales, que incluso son capaces de regenerarse y absorber líquido en la posición tumbada. De esta manera pueden ejercer óptimamente su función amortiguadora evitando casi por completo procesos de desgaste.
Como muchas personas con una movilidad reducida tienen problemas de corazón o de irrigación de las piernas, es imprescindible asegurarse al comprarlo que el sillón pueda colocarse en posición de gravedad cero. ¿Qué se entiende bajo «gravedad cero»? La explicación es fácil: En la posición de gravedad cero, los pies se encuentran a mayor altura que el corazón, aligerando el flujo de la sangre venosa de las piernas de vuelta al corazón. Sobre todo cuando se quiere disfrutar de la merecida siesta. Independientemente de si se quiere dormir, leer, ver la televisión o hacer un crucigrama: Los brazos deben poder reposar óptimamente en cualquier posición sentada o tumbada. Aquí, la anchura del respaldo juega un papel igual de importante que la altura de la superficie de los reposabrazos. Sugerencia: Cuando los brazos están apoyados sobre el reposabrazos, los hombros no deben ni colgar ni ser presionados hacia arriba.
De especial importancia es, además, el sistema de incorporación, sobre todo, para aquellas personas cuya movilidad está limitada. El sillón debe estar diseñado de tal manera que el cuerpo no sea presionado hacia adelante, ya que en tal caso el peligro de caerse al suelo sería demasiado grande. Es preferible que el cuerpo esté bien sostenido y los reposabrazos ofrezcan un apoyo seguro. Otros accesorios de equipamiento, como el reposacabezas, la calefacción del asiento y respaldo y la función de masaje, pueden convertir el sillón con sistema de incorporación en un verdadero oasis de relax. Algunos de estos sillones disponen incluso de una función de micromovimientos. Estos micromovimientos casi imperceptibles aportan un agradable movimiento a la espalda estimulando de paso la regeneración de los discos intervertebrales.
Otro consejo
Utilice la función de incorporación solo cuando sea realmente imprescindible. Cuanto más tiempo aproveche la fuerza de sus músculos para incorporarse, mayor seguirá siendo su movilidad.
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