La mayoría de la gente lo sabe: el sillín de la bicicleta debe ser cómodo. Pero esa idea es sólo la mitad de la historia. Porque al menos igual de importante es que el sillín promueva una postura saludable sobre la bicicleta, especialmente cuando los dolores de espalda se convierten en un tema recurrente.
Según las estadísticas más recientes*, alrededor de 75,5 millones de bicicletas recorren las calles de Alemania. Y cada una de ellas tiene su propia zona problemática: el sillín. No es nada sencillo hallar el adecuado, ya que a la hora de elegirlo hay que tener en cuenta si está destinado a un varón o a una mujer, para qué se usa la bicicleta y cuáles son sus medidas y ajustes.
Prácticamente no hay ningún ciclista que desconozca el problema: la sensación de entumecimiento, las molestias al sentarse, los dolores de espalda y las contracturas afectan con frecuencia a quienes andan en bicicleta, incluso cuando los trayectos recorridos son cortos. Es algo realmente increíble, ya que hoy existen modelos de alta tecnología con infinidad de accesorios innecesarios, pero la base de casi todos los sillines sigue siendo un elemento de asiento rígido y poco menos que inmóvil. Esto, sumado a un acolchado inadecuado, ha demostrado ser perjudicial para la circulación sanguínea en el área en cuestión, sobre todo en la región perineal y genital. Dado que en la zona del asiento la anatomía femenina muestra diferencias significativas con respecto a la masculina, la oferta abarca sillines especiales con distintos anchos para mujeres y varones. Las divergencias no sólo se manifiestan en la forma básica, sino también en el diseño que exhibe el canal de alivio de presión en la región perineal y genital.
Estos problemas pueden resolverse con un sillín móvil y correctamente ajustado. Su estructura debe ser flexible, de forma tal que permita realizar el movimiento natural de la pelvis y que amortigüe de manera fiable las sacudidas producidas durante el desplazamiento. Además, la presencia de un elemento de amortiguación 3D con cobertura en toda la superficie impide que se adopte la habitual postura rígida sobre la bicicleta. Cuando un sillín ofrece la posibilidad de efectuar un movimiento controlado y cambiar de posición en el asiento, el ciclista se beneficia con una musculatura más activa durante el recorrido y mejora así la salud de su espalda.
Al ajustar el sillín, se recomienda establecer como base una posición horizontal. Si la región perineal y genital resulta sobrecargada, puede ser útil bajar ligeramente la punta del sillín. Si se produce un deslizamiento hacia delante y se genera demasiada presión en la región perineal y genital, o si existe una carga excesiva en las manos, conviene elevar mínimamente la punta del sillín.
El cuidado de la espalda durante la actividad ciclística requiere además el uso de una mochila adecuada y de puños ergonómicos en la bicicleta. De todos modos, lo más importante es que los ajustes se adapten a las necesidades individuales de cada persona. Lo que forma parte del servicio técnico en un taller especializado, también puede realizarlo fácilmente por sus propios medios quien disponga de la guía correspondiente. En las siguientes páginas de AGR usted obtendrá asesoramiento al respecto:
* https://de.statista.com/statistik/daten/studie/154198/umfrage/fahrradbestand-in-deutschland/
Ergon International GmbH
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