Una pequeña herramienta con un gran efecto: cómo los reposabrazos mejoran la ergonomía en la oficina

Al observar algunas oficinas, cuesta creer que el concepto de «ergonomía» existiese ya desde el año 1857. Sillas incómodas, escritorios sin posibilidad de adaptación y ordenadores colocados en ángulos incorrectos continúan presentes en numerosos espacios. Afortunadamente, sin embargo, no en todos. Muchas de las 32 millones de personas que trabajan en oficinas tienen mesas de altura ajustable y sillas optimizadas desde la perspectiva ergonómica. Si está pensando en potenciar la ergonomía de su espacio de trabajo, más allá de estos aspectos, debería analizar la posibilidad de añadir reposabrazos.

El 72 % de todas las personas que trabajan en escritorios sufren problemas posturales

Se trata de una herramienta pequeña, pero que puede marcar la diferencia. Un reposabrazos debidamente colocado puede resultar una ayuda muy valiosa para su día a día. Sobre todo, porque puede ayudarles a aliviar tensiones. El 72 % de las personas que trabajan en oficinas necesita una solución de esta índole debido a contracturas en la zona del cuello y de los hombros, en los brazos y las muñecas. En la actualidad, el «síndrome del ratón» se ha convertido en una enfermedad sumamente extendida, cuyo nombre científico es «lesión por esfuerzo repetitivo». ¿Pero cómo debe posicionarse un reposabrazos para poder ayudarle a pesar de los miles de clics diarios con el ratón?

Una pequeña corrección de la postura ya es suficiente

Se trata simplemente de una pequeña modificación en la posición de su mano, pero que puede tener un importante efecto. Con los ratones y teclados convencionales, su antebrazo se apoya sobre la mesa y la muñeca se dobla hacia arriba para poder utilizar estos dos elementos. Con un reposabrazos, su muñeca permanece en posición neutral, y ya este pequeño cambio en la posición puede contribuir de forma comprobable a relajar los brazos, el cuello y la zona de los hombros. Al mismo tiempo, ayudan a mantener una postura más erguida y, por tanto, más saludable para la espalda.

El posicionamiento de un reposabrazos ergonómico

Algunos empleadores ya han comprendido la importancia de la dinámica en un espacio en el que se trabaja sentado. En este sentido, los escritorios de altura ajustable son una herramienta extremadamente valiosa, pero los reposabrazos pueden ayudar a dar un paso más en el cuidado de su espalda en el lugar de trabajo. Lo importante es que el reposabrazos sea fácil de usar, seguro, y que pueda colocarse sin un esfuerzo técnico excesivo en los bordes de las mesas o los escritorios existentes. En este contexto, los expertos recomiendan la versátil tecnología de sujeción con estribos. De este modo, el reposabrazos se ajusta de manera sencilla en el borde de la mesa y puede volver a quitarse fácilmente en cualquier momento. Lo ideal son las sujeciones con estribos que pueden acomodarse según el grosor de la mesa.

Sobre todo cuando se usan con mesas de altura ajustable, los reposabrazos de mesa deben garantizar, además, una sujeción segura y constante: para ello, el diseño y un recubrimiento de goma son factores de gran relevancia. El reposabrazos debe asegurar que los brazos puedan apoyarse de forma relajada, porque solo así es posible utilizar el ratón y el teclado según criterios fisiológicos. Finalmente, debe estar cubierto con un material agradable para la piel, y que pueda quitarse y lavarse.

• El requisito fundamental para un reposabrazos es que cumpla con su función y permita apoyar el brazo de manera relajada y, de este modo, utilizar las herramientas de trabajo (teclado y ratón) de forma fisiológica. En combinación con un escritorio, a ser posible de altura regulable, o un escritorio para trabajar de pie, debe hacer posible, además, que los antebrazos se posicionen de un modo adecuado para cuidar la espalda.
• Otro requisito esencial es que el reposabrazos pueda fijarse de forma segura a la superficie de trabajo y no se mueva. Asimismo, debe poder colocarse sin demasiado esfuerzo para que también pueda quitarse rápidamente cuando no se necesite.
• Es una ventaja también cuando el reposabrazos puede adaptarse a superficies de trabajo con diferentes grosores. Se debe asegurar que se coloque en una posición lo más horizontal posible.
• Por último, pero no menos importante, se debe prestar atención a que el material sea agradable para la piel. Si no tiene los antebrazos cubiertos, su piel tendrá contacto directo con el material del recubrimiento, lo cual no debe resultar en una molestia al momento de trabajar. Con el objetivo de cumplir también con las exigencias de higiene, el recubrimiento debe poder quitarse y lavarse.

Requisitos mínimos

• Colocación sin esfuerzo técnico
• Siempre unido de forma segura a la mesa
• Posicionamiento adecuado para cuidar la espalda al trabajar en mesas y escritorios
• Garantía de una postura relajada de los antebrazos para utilizar las herramientas de trabajo (teclado y ratón) de modo fisiológico
• Material de recubrimiento agradable para la piel, extraíble y lavable

• Reposabrazos ergonómico

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