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Cunas y camas infantiles (jóvenes)

Dormir desde el principio de forma saludable para la espalda

Dormir bien es importante para todos nosotros y constituye la base de una buena salud. La cama no solo debe posibilitar un reposo saludable para la espalda, sino que también debe considerar el desarrollo físico y motor del bebé, del niño de corta edad y del niño en edad escolar.

A la hora de elegir la cama adecuada para los j óvenes y niños a los que la cama infantil se les ha quedado pequeña rigen en principio las mismas reglas que en el caso de la cama de adulto, solo que en el caso de los niños de corta edad y los bebés se han de tener en cuenta, además, un par de puntos importantes.

La propia cama y un clima saludable en la cama aportan el descanso necesario

Desaconsejamos encarecidamente que los bebés y los niños de corta edad duerman en la misma cama que sus padres (“bed sharing”). Lo óptimo es colocar la cama infantil propia en un lugar luminoso, sin corrientes de aire, a una temperatura ambiente entre 16 ºC y 18 ºC y con un grado de humedad del 50 % al 65 %. El aire fresco es otro factor que contribuye a mejorar el clima ambiental. La habitación se ventilará con frecuencia, pero siempre por espacios cortos de tiempo.

Es importante que el bebé no pase frío de noche, pero sobre todo debe protegérsele contra el calor excesivo, ya que este afecta negativamente no solo la calidad del sueño, sino que se considera, además, una de las causas de la muerte súbita del niño. Con el colchón, también hay que prestar atención a la ventilación óptima del bebé. Los canales climáticos verticales y horizontales o una estructura de panal permeable al aire alrededor promueven la eliminación del exceso de calor y aseguran un clima de lecho saludable y seco.

El riesgo de sobrecalentamiento también se reduce con un saco de dormir adecuado

Las mantas no son adecuadas para la cuna porque pueden provocar un sobrecalentamiento del niño y eventualmente tapar las vías respiratorias. En la cuna tampoco debe haber ni almohadas, ni animales de peluche, ni pieles de oveja.

El saco de dormir reduce considerablemente el riesgo de sobrecalentamiento y de que queden tapadas las vías respiratorias. Además, en el saco de dormir, el bebé no puede girarse con tanta facilidad evitándose así que quede tumbado boca abajo, una postura que alberga muchos riesgos. El criterio más importante a la hora de elegir el saco de dormir es el tamaño adecuado. Esta es la medida orientativa: A la estatura del niño se le resta la longitud de la cabeza y se le suman entre 10 cm y máximo 15 cm para que pueda patalear y crecer. El principio más importante a tener en cuenta a la hora de comprar un saco de dormir es: “Más vale que el saco se le llegue a quedar pequeño al niño a que sea tan grande que le permita crecer”.

Es importante elegir el tamaño adecuado ya que los orificios para el cuello y los brazos están ajustados correspondientemente. Estos orificios no deben ser demasiado grandes para que el bebé/el niño no pueda deslizarse al interior del saco de dormir.

El saco de dormir se ajusta a la temperatura ambiente, no a la estación del año. Los sacos de dormir pueden adquirirse para diferentes temperaturas ambiente y en todos los tamaños necesarios, incluso para neonatos y niños prematuros.

En la cama infantil, el colchón desempeña un papel decisivo

Como en el caso de las camas, a la hora de elegir el colchón es importante tener en cuenta que se reduzca el riesgo de accidentes y que el colchón ofrezca un apoyo óptimo a la pequeña espalda del niño.

Se desaconseja comprar colchones demasiado blandos o demasiado duros. Las nalgas, los hombros y las caderas deberían poder hundirse fácilmente. Entonces el soporte se adapta a la columna del bebé y se apoya una buena posición del cuerpo y se proporciona suficiente apoyo. De esta manera, el pequeño cuerpo está protegido de presiones desagradables o incluso severas. Incluso si el peso corporal del niño es bajo, el colchón debe adaptarse al perfil del niño.

Cuando los niños crecen y empiezan a andar, se da a veces otros usos a la cama. Un colchón demasiado blando, sin embargo, ofrece demasiado poco apoyo al andar, saltar y estar de pie sobre él. Los pequeños pies del niño se hunden demasiado en el colchón.

Los colchones dúo con un lado más blando para el bebé y otro más duro para el niño, así como un marco de colchón resistente a las pisadas evitan que los pies se queden aprisionados entre el colchón y la cama o los barrotes.

Otros aspectos de seguridad

Una tabla perforada en el fondo de la cama es preferible al clásico somier fijo. Cuando la distancia entre los listones es demasiado grande, existe el peligro de que los pies se deslicen entre ellos al jugar o saltar el niño sobre la cama. Además puede quebrarse algún listón.

Los barrotes de la cama no deben estar demasiado separados los unos de los otros para que el niño no pueda meter la cabeza entre ellos, aunque la distancia entre ellos tampoco debe ser demasiado estrecha para evitar el riesgo de quedarse enganchado.

La higiene y la inocuidad ecológica son muy importantes en el tema de la cama infantil

Mientras que la vida útil de los colchones para adultos es de unos ocho años antes de tener que sustituirlos por razones de higiene, los colchones infantiles deben recambiarse con mayor frecuencia.

Se ensucian de forma especial, por ejemplo con orina o líquido del biberón. Esta circunstancia hace que los requisitos de higiene y cuidado sean mayores. La funda debe poder quitar y lavarse a una temperatura de hasta 60° grados.

En las camas infantiles también es imprescindible tener en cuenta que estén fabricadas con materiales y pinturas inocuos para el medio ambiente. Proteja a su hijo contra posibles alergias y demás peligros para la salud derivados de materiales que contienen sustancias nocivas. Todos estamos expuestos más que suficiente a venenos ambientales de los que no nos podemos proteger en absoluto o solo parcialmente. Los bebés y los niños de corta edad son extremadamente sensibles a estas sustancias, ¡mucho más que un adulto sano!

Resumen

  • El colchón debe sostener el cuerpo infantil con elasticidad puntual y adaptarse óptimamente al perfil de su cuerpo incluso si su peso corporal es reducido.
  • Por motivos técnicos de seguridad, el colchón debe disponer de un marco resistente a las pisadas para evitar que el colchón sea atravesado.
  • Para reducir el riesgo de accidentes por deslizamiento de los pies o por rotura de un listón al saltar o estar de pie sobre el colchón, debe darse preferencia a una tabla de base con agujeros de ventilación en lugar de a un somier.
  • Lo importante es que el aire circule bien y la estructura en su conjunto sea transpirable. Un espacio libre debajo de la cama y materiales seleccionados aseguran la existencia de un clima saludable en la cama.
  • El colchón debe disponer de una funda extraíble y lavable.
  • El colchón debe estar compuesto de materiales inocuos.
  • En general, el tamaño de la cama recomendado es de 70 x 140 cm.

Requisitos mínimos

  • Adaptación al perfil corporal del niño, aun con poco peso corporal.
  • Buena aireación y regulación de la humedad.
  • Funda extraíble y lavable.
  • Materiales toxicológicamente inocuos para humanos.
  • Debe evitarse el paso por el colchón, por ejemplo, utilizando una estructura rígida.

Otra característica importante

  • Diferentes durezas de colchón

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